sábado, 24 de agosto de 2013

Final Fantasy X

Final Fantasy X



Lo primero, decir que es la primera entrada de un juego completo síperono. Más no que sí. Tuve que dejarlo en el jefe final y mirarme el final por YouTube. Esta espinita clavada en mis cojones me la quitaré en una segunda y futura partida, pero por ahora, mejor "finiquitarlo" con la escusa de completar otros juegos, ya que la partida me ha durado más de dos años de cogerla, aparcarla y retomarla.
Esta entrega de la saga sea, junto a la octava entrega, la que menos me ha gustado. Y eso que en sí, el juego es un juegazo que apuesta por cosas bastante nuevas no vistas hasta entonces, pero que algunas han arruinado ese toque rpgero al que venía ya acostumbrado.
Para empezar, la historia combina dos puntos de vista, las costumbres arcaicas (lo que sería la religión, el dogma) frente a los avances tecnológicos. Y como no, ambas visiones están sustentadas con alguna mentira en relación al peligro que acecha en Spira, el Sinh. Y el pobre Tidus, se verá metido en toda la historia como Guardián de la invocadora Yuna. Es rarilla la historia, pero combina momentazos y un toque de sentimentalismo quepaqué.
De nuevo Nobuo Uematsu triunfa en la genial banda sonora (ya estoy acostumbrado a que esta saga me deje alucinado en este aspecto) y eso que la batalla final tiene una canción que no le pega para nada, y gusta.
El desarrollo es donde el juego ha pecado, pese a las innovaciones, desde mi punto de vista. Los personajes ya no suben nivel. Te basas en adquirir puntitos para desbloquear secciones de un tablero. Pudiendo elegir un "libre" camino para cada personaje. Aunque eso no sea del todo cierto. Sin una buena guía y haciendo un mal desarrollo de los personajes, puede pasarte lo que a mi: que avanzas a trompicones y al llegar a un jefe fuerte, te quedas sin un sitio donde levear (cosa muy cansina en esta entrega) y con unos personajes muy distintos. Ya puede ser por que tu atacante físico deje de aumentar sus stats en ese camino y aprenda magias negras (?) y cosillas de este estilo. No digo que sea una mala forma, es más, es entretenido y podría haber sido una genial idea, pero si cada tablón hubiese sido particular y llevado sin tanta "libertad". Así como un mayor número de esferas "especiales". Esto ha sido el principal problema del juego. Cada batalla me duraba bastante, y avanzar se me hacía pesadísimo y difícil. Y cuando al fin alcanzo el jefe final, veo que hay un momento que quita unas 3000 VT, y teniendo a los personajes con menos vida de la que ya de por sí me resta, poco podía hacer.
Luego las armas/armaduras tampoco aumentan fuerza/defensa, si no que dan habilidades. Estas habilidades pueden hacer que seas inmune a Muerte, que te suba un 5 % la VT o que sea más sencillo llegar al límite. Está entretenido, pero sobretodo si te molestas en hacer las sidequests (siempre tirando de guía) para conseguir las armas finales y que el juego sea algo más complejo.
Es bastante lineal, cosa que no critico, puesto que luego hay una buena variedad de sidequests a las que se puede acceder y volver a explorar sitios ya visitados. La putada es esa, que sin una buena guía, se escapan la mayoría de cosas y el avance se hace tedioso.
De duración me ha llevado poco más de 50 horas llegar al final. No sé si he ido muy rápido o al revés, por culpa del desarrollo de mis personajes, pero he visto que suele ser así la duración en general.
Total, que es un buen juego bastante entretenido, con una historia y una banda sonora bastante buenas, pero que la puesta en escena del desarrollo se hace compleja y puede llegar a tocar las pelotas hasta el punto de estar con un equipo descontento con su progresión y dejándolo aparcado en más de una ocasión. Para mi, por debajo del VIII.
+Historia. Innovador. Música
-Desarrollo de los personajes. Secretismo en las sidequests.
Nota. 7