sábado, 4 de agosto de 2012

Dragon Quest IX


Es un RPG que tiene ciertos puntos a destacar y otros que lo capan completamente. No obstante así, no deja de ser un buen RPG y de una franquicia, pero que ni por asomo está a la altura del VIII.

Para empezar, la historia es innovadora, resulta que eres el ángel guardián de un pueblo y tu deber es mantener a salvo ese pueblecito. La historia va cogiendo forma hasta que de repente se queda descolgada del hilo. ¿Qué pasa? Que tienes que conseguir unos iggos, y que la historia principal se queda descolgada como 10 horas.
Aunque esto no es del todo malo. Apartaremos la historia principal para ir detrás de unos frutos sagrados teniendo mini-historietas en otros pueblos. La mayoría de historias son ya muy vistas en otros RPG, (que si un malvado obliga a un rey rendir tributo a su hija, que si una reina es una tirana...) pero hay un par que son más innovadores, como la historieta de la muñeca o la del instituto.
Siguiendo por el tema de la historia, para mí es un apartado donde el juego se queda capado, aparte de por la razón dada de que hay unas 10 horas (o más) que la historia principal no avanza.
Otras razones serían los personajes. Ninguno excepto el protagonista tiene historia. Es más, los creas tú a tu gusto, como si cogieras plastilina y los crearas mudos.
Otra razón es el jefe final. De lo normal estamos acostumbrados a encontrarnos desde el principio con un jefe cabrón jode-vidas. Aquí no ha sido el caso. El jefe final, está claro que quiere joder y tal, pero no es nuestro enemigo desde el principio, es un bicho que aparece por el final con una historia algo pobre, y que planea acabar con la vida de los mortales. Se veía venir.
El sistema de batallas no innova respecto a otros DQ, lo cual no es malo (al menos para mí, que lo adoro), sobretodo cuando ya has avanzado y tienes ciertas habilidades y las empleas en unas buenas estrategias dependiendo de los enemigos. Para esto debes estudiar muy bien a tus personajes y elegir bien los oficios, así como saber distribuir los puntos de destreza.
Las misiones secundarias son bastante chorras. Hay 200 si no me equivoco, pero hay pocas que tengan una historia detrás o que sean misiones con algo de sentido, son más bien pesadas. Yo he echo un par de misiones, pero ni las recompensas valían la pena, (ojo hay algunas que sí valen, y mucho, pero son muy coñazo).
Sigue estando, al igual que en el VIII el pote de alquimia. Algo que a mí me encanta, pero en este DQ no lo he aprovechado apenas, puesto que las armas y equipamientos las solía comprar y no fabricar.
El apartado wifi no he podido probarlo por que mi DS me odia, pero cuando lo juegué hace tiempo si que jugué al wifi y recuerdo que era para entrar en tiendas y traer gente de otros DQ y tal, pero tampoco es que lo recuerde del todo.
Los gráficos están bien pero tampoco es que sean para dar brincos. Los acostumbrados y vistos ya en muchos RPG de DS. Se echan de menos las escenitas de vídeo que aparecen, creo que sólo salen dos o así, una muy buena, una lucha de dragones (como le gustan a Akira).
La banda sonora está bien, algo de reciclaje, pero a mi me gusta.
En general está bien, pero la historia es algo pobre, se podría haber mejorado bastante este apartado y los personajes mudos dan algo de pena. Lo bueno es que es muy jugable y tiene mucho que explorar, y sus misiones secundarias, aunque no tengan un argumento racional son un aliciente para aumentar la duración y exploración, así como ver cómo evolucionan tus personajes con distintos oficios.
A mi me ha durado 50 horas y habré echo unas 20 misiones secundarias.

8

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